VILLAMEDIANA, Conde de (Juan de TASSIS)



A una gran señora que dejó el siglo


Tú que la dulce vida en tiernos años

trocaste por la vida trabajosa,

la blanca seda y púrpura preciosa

por áspero cilicio y toscos paños;


tú que, viendo del mundo los engaños,

al puerto te acogiste presurosa,

cual nave que en la noche tenebrosa

teme del mar los encubiertos daños;


canta la gloria inmensa que se encierra

en el alma dichosa, ya prendada

del amor que se enciende en puro celo;


que si el piloto al divisar la tierra

alza la voz de gozo acompañada,

¿qué debe hacer quien ya descubre el cielo?



Thou, who hast fled from life’s enchanted bowers,

In youth's gay spring, in beauty's glowing morn,

Leaving thy bright array, thy path of flowers,

For the rude convent-garb, and couch of thorn;


Thou that, escaping from a world of cares,

Hast found thy haven in devotion's fane,

As to the port the fearful bark repairs,

To shun the midnight-perils of the main;


Now the glad hymn, the strain of rapture pour,

While on thy soul the beams of glory rise!

For if the pilot hail the welcome shore,


With shouts of triumph swelling to the skies;

Oh! how shouldst thou the exulting pæan raise,

Now heaven's bright harbour opens on thy gaze!


( Translated by Felicia Hemans)



Silencio, en tu sepulcro deposito...",


Silencio, en tu sepulcro deposito

ronca voz, pluma ciega y triste mano,

para que mi dolor no cante en vano

al viento dado y en la arena escrito.


Tumba y muerte de olvido solicito,

aunque de avisos más que de años cano,

donde hoy más que a la razón me allano,

y al tiempo le daré cuanto me quito.


Limitaré deseos y esperanzas,

y en el orbe de un claro desengaño

márgenes pondré breves a mi vida,

para que no me venzan asechanzas

de quien intenta procurar mi daño

y ocasionó tan próvida huida.